La nueva película de Gus Van Sant supone su vuelta al cine comercial, cine de masas que gusta a todos, en forma de un biopic sobre Harvey Milk, el primer político y activista declarado públicamente homosexual, quien luchó por los derechos de la población homosexual a quienes en los setenta se discriminada de forma descarada.
Con estas premisas, Van Sant cuenta de forma bastante emotiva, sin alardes técnicos ni complicaciones cinematográficas como las que utilizara en "Elephant", la historia de la madurez de Harvey Milk, desde que conoció a su penúltimo novio hasta su muerte por asesinato.
El encargado de llevar la mayor parte de los planos sobre sus hombros es el grandioso Sean Penn, ganador de un Oscar por "Mystic River" y a la vez uno de los mejores actores que hayan pisado la tierra, quien con este papel entra de sobra en el olimpo de los grandes junto a De Niro, Paccino, Day-Lewis u otros mas clásicos como Fonda o Brando. Penn hace una actuación totalmente camaleónica en el sentido de la personificación. Ni se caracteriza como suele hacer Deep, a quien no se reconoce de una película a otra, ni engorda o adelgaza como hiciera De Niro en sus famosos papeles. La transformación de Penn en el papel de Milk es una personificación, alejándose de sus papeles de persona seria con mal genio, y metiéndose en la piel de alguien animado, un activista que se vuelca por la causa y que sonríe continuamente. Alguien con carisma que se hace querer. En la mayoría de ocasiones que aparece por pantalla, una vez el argumento te ha absorbido, Penn consigue que olvides que es un actor, haciendo parecer que la película es un documental y que a quien estás viendo es a un Milk salido de la tumba. Penn imita sus gestos, su forma de hablar y de andar, y mantiene una continua gesticulación facial para parecerse más a su hombre. Un actor increíble al que sin duda (aunque no he visto aún Benjamin Button) le TIENEN que dar su segundo Oscar a mejor actor este año.
El resto de la película es de lo mas convencional. Una narración simple, que empieza con un ritmo tremendo y se va suavizando a medida que avanza el metraje, centrada en un único personaje. Aunque se pueden destacar algunos elementos como la intercalación de imágenes reales de muy buena forma que otorgan un mayor realismo a la cinta. Momentos muy emotivos cuyo peso recae en Penn, quien sale airado por la puerta grande de todos ellos, conmoviendo con cada sonrisa, alegría y llanto, dejando al público con la boca abierta.
También cabe destacar al resto de protagonistas que respaldan de buena forma a Penn, con actuaciones que no te sacan de la trama, muy realistas y naturales, entre los cuales cabe destacar sobre todo a Josh Brolin, actor que cada vez pega mas fuerte, y es que se lo merece. Metido en la piel del antagonista de Milk, una persona rencorosa a mas no poder que no puede enfrentarse a sus problemas económicos, hace un papel muy creíble, aunque hay que reconocer que el parecido con el original Dan White le favorece muchísimo.
La mayor pega a destacar de la cinta, que dura poco mas de dos horas, es que se hace un pelín larga, debido a algunas escenas quizás alargadas de mala manera o a algunas partes mas lentas que el resto. Algo que se debía haber aligerado dado el sentido de la cinta y estando dirigida al gran público.
Por otra parte, algunos tramos se centran tanto en la política que hacen decaer el ánimo en el espectador, con listas de nombres que consiguen liar a los que no estén demasiado atentos a ello.
Ante todo, merece la pena ir a ver "Mi Nombre es Harvey Milk" por diferentes razones, ya sea por estar enterados del principio del activísimo Gay, por conocer la historia de una persona que dio mucho de si por reclamar sus derechos, disfrutar de una cinta emotiva, o simplemente por ver en pantalla a Sean Penn dando todo de si mismo por la causa. Una pena que contenga algunos minutos de mas y algunas partes de guión que se salen un poco del contexto, aunque no impiden disfrutar de lo primordial.
Mas información: Filmaffinity IMDB Harvey Milk
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