viernes, 6 de febrero de 2009

Camino a la Perdición (Sam Mendes)

Parece que mi lista de "películas que tengo que ver" jamás llegará a su fin. "Camino a la Perdición" del genial Sam Mendes, que ya ha facturado tres peliculones, era otra de las cintas que forman dicha lista. Precedida de de buenísimas críticas y mas de una recomendación personal, finalmente la película traspasó mi retina a lo largo de unas dos horas dejándome muy buen sabor de boca.

Tratando una historia que se puede tomar como "road movie", la película toca múltiples géneros cinematográficos como el negro y el más puro drama. Ml Sullivan (Tom Hanks) es uno de los más implacables empleados de su jefe, el señor Rooney (gran Paul Newman). Conocido por sus dotes de asesino, se debate entre su propia familia y su "familia" moralmente. Al presenciar un asesinato y darse cuenta de que su hijo mayor también fue testigo, todo se tornara más oscuro, viéndose obligado a huir con su hijo y emprender un viaje en busca de venganza.

Llama la atención la enorme seriedad de la película en si. Silencios, miradas, agudos diálogos, oscuridad, interpretaciones sombrías… Lo que se ve acrecentado por la colosal fotografía, que deja para la historia increíbles planos bajo la lluvia con una iluminación cuidadísima. Este punto a favor, desde mi punto de vista, acaba traicionando a la propia película cuando se insertan algunos momentos humorísticos que hacen perder la magia por algunos minutos, especialmente en la escena donde el hijo de Michael aprende a conducir. Queda fuera de contexto de forma muy exagerada.

Por lo demás, las actuaciones son muy buenas, como no podía ser de otra forma, con alguien como Paul Newman haciendo el papel de Don, Jude Law interpretando a un psicópata dejando muy buen resultado, y un Tom Hanks muy serio, aunque quizás es el que mas descuadre en cuanto a calidad. Personalmente no me dio la impresión de asesino despiadado que debería dar, aunque cumple con lo que le toca interpretar.

Buen ritmo narrativo, al estilo clásico, despacio pero avanzando, con grandes escenas que destacar, como toda película debería tener. Con esta cinta Sam Mendes asientó su estilo propio, emparejando música con dirección, fórmula que se ha seguido repitiendo en sus películas (Revolutionary Road es el ejemplo más reciente) y que ha dado buen resultado. Un resultado emotivo y muy duro a la vez, como el final de "Camino a la Perdición". Se puede decir de este que no es ni bueno ni malo, simplemente, la historia termina como debe terminar. Y eso me encanta.

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